
En cuanto a la visión programática de la Universidad, el aprismo, al igual que las izquierdas provenientes de las diversas rupturas del PC, se quedó atrapado en una lectura corporativa y populista de la agenda de reforma universitaria correspondiente a la segunda década del siglo pasado, según el Apra. Por su parte, Alan García usa demagógicamente, cuando le conviene, una retórica correspondiente a aquel programa, mientras, para todo efecto práctico, se halla embarcado de lleno en el negocio de las denominadas “universidades privadas con fines de lucro”, instituidas por el fujimorismo en una lógica de privatización mafiosa de la educación universitaria.